El paisaje esencial.
Hijo de la tierra exigente, de las lomas frías, de perseverancia. El Crianza es el vino esencial. Equilibrio e integridad. Muestra las buenas maneras de la experiencia y la gracia de la vida pletórica. Boca jugosa de frutas negras que invita a comer y sentirse bien.
Pero hay más. El Crianza mantiene un pacto invisible con el paisaje. Una fuerza imperceptible que nos acerca a la verdad del lugar. Y en un instante convierte a las viñas de clima extremo en el lugar más acogedor del mundo. (0.7L)